La lucha contra los biopolímeros es una lucha ética. Dr. Daniel Slobodianik
Se estima que alrededor de un millón de personas pueden haberse infiltrado biopolímeros en el mundo, muchos de ellos sin síntomas, muchos otros con graves problemas de salud, aun así, pasan desapercibidos en muchas consultas médicas por desconocimiento de esta patología conocida como alógenosis iatrogénica. Sin embargo, el doctor Daniel Slobodianik dejando atrás sus años como cirujano estético del Miss Venezuela, para dedicar los últimos 15 años de su ejercicio profesional a la denuncia, educación y tratamiento de las complicaciones por infiltración de sustancias nocivas de relleno, los biopolímeros, así que hemos pedido que nos hable más de su relación personal con esta enfermedad.

K: ¿Recuerdas al primer paciente de biopolímeros que viste?
DS: Probablemente no recuerdo exactamente el primer paciente, pero sí recuerdo que los primeros casos que vi fueron en mi postgrado de cirugía plástica en el Hospital Lídice en Caracas, la mayoría de estos pacientes eran de la comunidad transexual que se infiltraban ellos mismos en casa, o por amigos, recuerdo que usaban aceite de niños (mineral) como relleno.
K: ¿Qué fue lo que más te impresionó?
DS: El estado de los tejidos. Nunca había visto ese tipo de daño, el tono de la piel violáceo con grandes áreas de necrosis, era además de una consistencia dura y pétrea.
K: ¿Cuándo te diste cuenta de la magnitud del problema de los biopolímeros?
DS: Cuando decidí tratarlos quirúrgicamente, comenzaron a llegar muchísimos pacientes, veía 9 a 10 pacientes a diario, de lunes a viernes, terminó llenando por completo mi consulta y acaparando mi práctica profesional.
K: ¿Cuándo decidiste hacer algo al respecto?
DS: Pues, fíjate, que una vez estaba hablando con mi esposa Adriana, contándole de estos casos y ella empezó a insistirme en que tenía que dedicarme a estudiar y buscar la forma de ayudar a esos pacientes porque no había nadie quien lo hiciera y yo era una de las pocas personas que tenía interés en ello. Así fue como contacté con el Dr. Cesar Oliveros, quien fue a Caracas y operamos los primeros casos.
K: ¿Cuál fue el camino para lograr una ley en tu país que prohibiera el uso de biopolímeros?
DS: Fue a través de varias fundaciones, entre ellas, NO a los biopolímeros, que hicieron mucho ruido alrededor de los años 2010 a 2012, hasta que finalmente se aprobó una ley del uso y distribución de biopolímeros en Venezuela.
K: A día de hoy, ¿qué es lo más frustrante de tu lucha contra los biopolímeros?
DS: Creo que lo más frustrante es cuando trato y opero a un paciente que no se recupera totalmente, porque, aunque sabemos y explicamos que es una patología que no tiene 100% de garantías en cuanto su evolución, es muy frustrante que un paciente que ha depositado su confianza en mí no mejora del todo o no siente alivio completo de sus síntomas. Es muy, muy frustrante.
K: ¿Y lo más gratificante?
DS: Poder aliviar el dolor a muchas pacientes, sus síntomas inmunológicos, ver cómo se recuperan después de la cirugía y mejoran su calidad de vida. Me llena mucho, y me ayuda a compensar la frustración de los que no mejoran, que, aunque sean pocos, igual me afectan.
K: ¿Un mensaje a los pacientes?
DS: Lo mejor es que no se inyecten nada en glúteos.
I have been struggling with the silicones I had injected into my hips for years.There was no doctor left that I didn’t go to.im glad I found my doctor Daniel. I had surgery again last year and about a month ago and I’m little better. And I feel good. Of course, my pain decreases after each surgery. I thank him very, very much. He is number one in his field…best regards 🙏🙏🙏